Fernández Díaz, ministro del
interior, quiere definir el “umbral de hipersensibilidad”. O eso parece.
Se me antoja inalcanzable el
objetivo, sólo pensando en tres o cuatro ejemplos que pondrían demasiado alto
el listón. Para la altura del señor ministro, me refiero.
El primer ejemplo viene en la
prensa de hoy y se trata de unas afirmaciones de Joan Benach, profesor de la
Universitat Pompeu Fabra de Barcelona,
Mientras las élites no tengan miedo del
pueblo, no hay nada que hacer.
Al señor ministro, leer esta
frase le provoca sarpullido y una reacción compulsiva de coger el teléfono y
marcar el número de su subordinado, y supongo que amigo, Arsenio Fernández de
Mesa, que sigue siendo director de la Guardia Civil después de sus
declaraciones sobre la tragedia de Ceuta, con 15 inmigrantes muertos.
Sin embargo, el “que se jodan”, de la ilustre Andrea
Fabra, celebrando los recortes a las prestaciones de los parados, se la trae al
pairo.
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