domingo, 27 de febrero de 2011

¿Somos imbéciles?

Aunque haya mucha gente que no lo crea, somos todos iguales ante todos y nadie puede arrogarse la exclusividad de repartir permisos de convivencia o dedicarse a tolerar comportamientos a unos o a otros, en función de no se sabe qué prerrogativas ganadas al amparo de contactos divinos o superhumanos. Respetar no es lo mismo que tolerar. Y existe hoy por hoy mucho "tolerante", de los tolerantes de toda la vida, que, chapa en mano, amenazan con cerrar la tienda si no entramos todos por el embudo de sus prejuicios, que son diez y como las tablas de Moisés, grabadas en la pura piedra.
Qué tienen De Cospedal o González Pons, que no tengamos los demás mortales, para poner en solfa el funcionamiento de la Justicia o de los fiscales sin que se encuentren a la salida de la conferencia de prensa con la pareja de la guardia civil esperándoles, esposas en mano.
Qué tiene Francisco Camps, que no tengamos los demás, para salir de rositas de sus devaneos con la trama Gurtel y, además, mirarnos con mirada de perdonavidas mientras recita una oda a sus apoyos millonarios (que es el que más apoyos tiene del mundo) de la manera más hortera y chulesca imaginable.
¿Somos imbéciles o encontraremos de una vez la manera de que dejen de pensar que lo somos?