viernes, 13 de mayo de 2011

Hipócritas

Hipócritas. Es lo que pensamos (los más) de las (personas) políticas que, hoy sí, deciden anular todos sus actos de campaña en solidaridad con la ciudadanía murciana, conmocionada por el terremoto de ayer. Yo, particularmente, les considero hipócritas sólo por llevarla a efecto (la campaña). Deberían estar prohibidas, por higiene mental. Ver personas que, por estar en campaña electoral, reparten bolígrafos en la calle o compran un besugo en el mercado o cogen una niña en brazos mostrando una sonrisa forzada o, más aún, chillan como hienas en un mitin "improvisado" en medio de la calle, eso sí, todo delante de las cámaras de TV que, "casualmente", pasaban por ahí, pues qué quieres que te diga, me da asco. Estos actos son los que, a mí al menos, me hacen valorar a las políticas igual que a las culebras que se arrastran. Seguro que, si consideraran las campañas como trabajo normal, no las paralizarían por ningún motivo. Lo hacen para llamar la atención, buscan el efecto contrario al que predican. Alguna hasta ha acudido a un desayuno que tenía programado con la prensa para decir que no iba a estar en el desayuno. Que llame tu jefa de campaña y que traslade tu dolor y tu pesadumbre, todos lo entenderían. No. Hay que ponerse ante la cámara para que quede constancia de tus ojeras. Ya sé que noticias como la de Lorca nos conmocionan a todas; pero precisamente las políticas tendrían que hacer un esfuerzo para pasar desapercibidas y no darnos motivos a las demás para que pensemos que se quieren aprovechar de ello. En su mano está. Esto fue ayer y por problemas de Blogger no lo publico hasta hoy. Lo digo porque, casualmente, se ha derrumbado una casa en Barcelona, falleciendo una señora en el accidente, y quiero remarcar el "hoy sí", que ponía ayer en mi primera línea, y preguntar ¿por qué hoy no? Dónde están los límites formales que marcan el sí y el no a la hora de paralizar la campaña electoral. ¿Es el número de muertos? ¿Es la "calidad" de los muertos? ¿Es el tipo de derrumbe? ¿O, más bien, es lo que nos temíamos, la repercusión mediática de los hechos y los votos que nos pueden reportar?
¿Somos imbéciles o encontraremos de una vez la manera de que dejen de pensar que lo somos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario