lunes, 5 de agosto de 2013

Fátima y el cuestionario.

Premisas:
El paro, alcanza el 25% en España. O sea, cerca de 6 millones de personas.
Más de 3 millones de desempleados no cobran ninguna prestación.
El fraude no sobrepasa el 2%.

La ministra del ramo, Fátima Báñez, una de estas noches de calor insoportable y alucinaciones varias (se bebe demasiado y luego ya se sabe), ha debido de recibir la visita de la virgen del Rocío (se sabe que  son amigas desde hace tiempo) y, tras de trasegar indiscriminadamente, ha llegado a la conclusión de que es preciso poner coto a semejantes desmanes, me refiero a lo del fraude, y anima al personal a que, mediante cumplimentación de cuestionario ad hoc y de forma totalmente anónima, delate al compañero de trabajo, al vecino, a la hija del panadero o al de las chapuzas a domicilio y, así, solucionar el "gran problema" del fraude en las prestaciones por desempleo.
Esto estaría muy bien si el planteamiento se hiciera a los parados que no cobran nada prometiéndoles prestación a cambio de delación. Pero entonces habría que dar la cara, el nombre y el DNI, para poder tramitarla, y el denunciado podría partírsela, la cara.
Esta chica, Fátima, se va a hacer mayor sin poder disfrutar de la hacienda de la familia, ganada seguramente con el sudor de su frente, o sin poder salir de ella para guarecerse de los desempleados y delatados varios que querrán agradecerle efusivamente su gran aportación a la desaparición del fraude y a la creación de empleo.
Yo propondría rellenar el formulario propuesto con el nombre de los grandes defraudadores, evasores y corruptos, entre todos conocemos a un montón, y que Fátima los traslade a su amigo y compañero Montoro, que parece no llegar a nada en este campo debido, seguramente, a que no le da la jornada, a que está demasiado empeñado en lanzar mensajes sibilinos contra todo tipo de sectores o a que no ha puesto un cuestionario como el de Fátima en Internet.

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