lunes, 14 de marzo de 2011

Javieradas, gratis.

¿Qué tiene la Iglesia Católica, que no tengan otras, para que le salga gratis organizar procesiones y peregrinaciones varias en un estado aconfesional como el español?
La madrugada era tenue de luces, mi madre me había despertado como los días de excursión dándome prisa porque se me iba a pasar la hora, "tienes el desayuno preparado, lávate y péinate que tienes unos ojos de dormido que das pena; ponte dos camisetas y los calcetines gordos de lana, que hace mucho frío; te estoy metiendo todo en la mochila; los bocadillos, separados para que saques cada vez el que te vayas a comer...", las recomendaciones de madre de siempre, vamos.
Llegué con un cuarto de hora de adelanto, como siempre, también, y tuve que esperar a los demás, que llegaron a la hora que habíamos quedado, como debe ser. "Peregrinos a Javier", carteles y flechas indicadoras marcaban el camino a seguir desde el centro de la ciudad. Alguien debió ponerlas por la noche o el día anterior. La salida de la ciudad se hacía por la carretera de Tajonar, cogiendo la antigua de Noain a Sangüesa. Pudimos ver cómo por la nueva autovía del Pirineo salían varios Patrol de la Guardia Civil, coches celulares y motoristas que, se supone, iban a controlar el recorrido para regular el tráfico y evitar cualquier tipo de accidente o incidente. Los letreros indicadores se sucedían a lo largo de todo el recorrido. En Monreal, el primer puesto de Cruz Roja, los primeros policías forales ("195 toman parte en el dispositivo") y parte de los guardias civiles que habíamos visto salir de Pamplona. Hasta llegar aquí, desde que cogimos la carretera antigua, indicadores de prohibido circular a más de 50 "Hasta Javier". Alguien se habrá preocupado de ponerlos operativos para esta mañana, hay montones en todo el recorrido. Junto a los puestos de asistencia a los peregrinos, contenedores de basura instalados expresamente para la ocasión, a lo largo de todo el recorrido. Al lado, en los lugares de descanso y en otros también estratégicos, wáteres portátiles, de campaña, transportados, junto con los contenedores de basura, durante las últimas semanas, para que estuvieran en servicio el día indicado. Se ha tenido que utilizar mucha gente, del departamento de Obras Públicas, dedicada a poner todos los elementos citados a punto para que nada falle en los días en que se desarrollan las marchas.
Según la radio, la Agencia Navarra de Emergencias (ANE) va a atender todas las llamadas de emergencias a través del teléfono 112 y tiene instalado en la explanada del Castillo de Javier el Puesto de Mando Avanzado en un camión dotado con las últimas tecnologías en materia de comunicaciones, desde el que se coordinarán los servicios actuantes (Protección Civil, DYA, Cruz Roja, voluntarios, radioaficionados, Guardia Civil y Policía Foral), incluidos un helicóptero del Gobierno de Navarra y otro aparato movilizado por la Dirección General de Tráfico.
Los bocadillos y los refrescos que llevo en la mochila me los preparó mi madre, se supone que con el cariño de una madre.
¿Con qué pagará la Iglesia tantos y tantos servicios que los poderes públicos, sufragados por todos los ciudadanos, peregrinos y no, ponen a disposición de sus alegres marchas los primeros fines de semana de marzo de todos los años? Es más, ¿Se le facturan? Y pensemos, ¿Cómo reaccionaría la ciudadanía y la prensa si la peregrinación la organizaran los seguidores de Alá, por poner un ejemplo, y el despliegue de medios tan costosos los siguiéramos sufragando de la misma manera? ¿Somos imbéciles o encontraremos de una vez la manera de que dejen de pensar que lo somos?

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